La capa que tendrá una posición más superficial en el embrión se llama ectodermo, de la cual se derivan estructuras importantes relacionadas al sistema nervioso central.
Durante la tercer semana de vida intrauterina, las células que se invaginaron provenientes del epiblasto y que formaron un surco a lo largo de ésta capa, formarán una estructura cilíndrica que es más amplia hacia la cabeza del embrión y más angosta hacia la cola del mismo. Esta nueva estructura se llama Notocorda y se sitúa a lo largo de la línea media del embrión.
Los tejidos dentales como la dentina y la pulpa comparten el mismo origen embrionario especial, pues son formados por células especializadas llamadas odontoblastos. Éstas se encargan de formar la matriz base para ambos tejidos. Los odontoblastos se derivan de un conjunto de células que se desprenden del ectodermo pero forman estructuras más especializadas llamada crestas neurales. Algunas células de éstas estructuras migran hacia los ambos lados de la cabeza y forman las papilas dentales que en un futuro serán los gérmenes dentarios de los dientes en el maxilar y la mandíbula. Como observarás en el siguiente recurso, las células que forman al esmalte dental que tienen un origen en el ectodermo, involucionan y mueren en el momento que el diente erupciona, sin embargo, los odontoblastos que provienen de las células de la cresta neural, forman a la dentina y quedan alojadas en la pulpa dental. Por lo tanto, el esmalte se considera un tejido duro con capacidad de remineralización pero no de regeneración, al perder por completo y de manera irreversible a las células que lo originó. No así a la dentina, que puede regenerarse en cierto punto, bajo estímulos adecuados y poco agresivos a la pulpa.
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